Vivimos tiempos convulsos. Nuestras emociones se disparan fácilmente, y sin una mínima contención nos rasgamos las vestiduras 2.0 en Facebook o Twitter.
Vivimos tiempos convulsos. Nuestras emociones se disparan fácilmente, y sin una mínima contención nos rasgamos las vestiduras 2.0 en Facebook o Twitter.
El cielo está estrellado, y es que ya son muchas las ‘estrellas’ que han fallecido trágicamente. Me conmueven estas tragedias vitales, suelo tener sentimientos encontrados.